martes, 29 de junio de 2010

Qué fue de aquello

Qué fue de esos ojos,
que un día vi brillar.

Qué fue de tu esencia viva
que cada noche me servía de guía,
que cada amanecer
me robaba todo mi ser.

Qué fue de aquellos ojos negros
que me vieron amar
de aquella mirada
que hizo mi ira calmar.

Qué fue de esas noches de gloria
que extraño en mis días,
que recuerdo en mi memoria.

Qué fue de la soledad
cuando a esta mujer
te dignaste a amar.

No sé que fue de todo aquello
pero sí sé de mi presente
y de mi sentimiento candente.

Sí sé que necesito a un ser valiente
que me de ganas de vivir
y me asegure que mi corazón
no va a herir.

Sé que tú, eres el indicado,
el hombre que en mi destino,
se ha presentado.

Aquel enamorado
que vi un día callado
en su silencio adentrado.

Ese hombre necesitado de amor
al que le rindo honor
y deseo con pasión.

A mi poesía
dedico estas dulces palabras,
para que mi amor
sienta lo que nunca sintió.

A este eterno enamorado
le dedico hasta mi último aliento
le brindo mi vida por todo esto que siento.

No quiero nada a cambio
sólo una bonita mirada cada mañana
y una fragancia tuya
al despertar de ese sueño
dónde el amor baila al ritmo de un bolero.

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