viernes, 18 de junio de 2010

Como arena en el desierto

Aquel día, vagaba por la arena del desierto,
sin pensar que todavía me quedaba una vida.

Entre sollozos, lloraba mi lamento
entre lágrimas esperaba un nuevo intento.

De lejos lo vi, de cerca lo sentí,
un alma aún viva, quiere despertar amor en mi vida.

La suerte cayó del cielo
y él, vino a mí sin recelo.

Una tormenta de arena,
cambió nuestro rumbo
nuestros corazones, brillaron como una estrella
que vaga libre como amor profundo.

Él, es mi esperanza,
un grito a la vida,
que provoca añoranza,
un deseo de muerte
que implica amor y constancia.

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