Gloria bendita conocí al sentir tus caricias.
Viento alado vino a mí cuando te conocí
y a tus brazos me fui.
Señor presente en el cielo,
bajó hasta mi, sin amor pedir,
tan sólo yo se lo dí.
Una caricia, lo hizo acercarse a mi cuerpo,
un temblor, lo llenó de calor
y en mis brazos cayó,
de lujuria, de pasión.
Señor bajado del cielo,
contento, de recibir mi sueño,
volverá a volar,
con su amada a la que tanto ama.
No hay comentarios:
Publicar un comentario