Envuelta entre una niebla fina
y un corazón que huía,
encontré a un amor
de humilde valentía.
Frente a una mirada ausente,
vi el latir de un alma presente,
ante mí se presentó
sin saber qué decir,
a punto de morir.
Desperté su sueño
e iluminé sus deseos,
me uní a él
y encontramos sentimientos nuevos.
Días pasaron felices
soñando con por fin
tener un amor sin cicatrices.
Noches soñamos
con nuestros cuerpos pegados
con la necesidad de ser humanos
y sentir este amor
sin poder decir no.
Momentos que no se olvidan
besos y caricias sintiendo
encuentros que nos motivan
para este amor seguir fortaleciendo
y a ti, volver corriendo.
Placeres de la vida
que nos dieron este sentimiento
guardan nuestro secreto
para ponerlo a salvo
de cualquier mal intento.
Nubes de los cielos
guardan nuestras esencias
como perfumes en su botella,
como almas que dejan huella
y se apoderan de la fragancia más bella.
Larga vida nos espera
atentos a nuevos sentimientos,
vida llena de tu buena presencia,
y vacía de cualquier incoherencia.
Vida a tu lado,
tan resuelta como hasta ahora perfecta,
vida encauzada,
con luz en tu mirada
y reflejo en noche estrellada.
Vida eterna
con el alma más tierna
deseo el poder
de hacerte volver.
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