La intensidad de tus ojos,
me tienen embrujada,
la profundidad de tu mirada,
hacen de mí, mujer endiablada.
Dulces despertares a tu lado,
mirando esos ojos de color dorado,
por su pasión, por su riqueza en amor.
Amargos trances, sin que tú descanses,
agrios momentos para despedir sentimientos:
los malos, los engañosos y los más banales...
Cielo mío, recupera la dulzura,
hazme sentir tuya,
hombre enamorado,
vuelve a mi lado,
déjate caer sobre esta dama sin ley,
en su morada,
donde la única norma es amar
y el amor liberar.
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