sábado, 25 de septiembre de 2010

Miles de noches sin estrellas

Miles de noches sin estrellas en cielo negro,
cada día, una luminaria era arrancada
por cada lágrima que yo derramaba.
El brillo del firmamento se apagaba
cada día como mis ojos lo hacían,
pues mi corazón ya apenas latía.
Oscuridad solemne, lágrimas secas,
alma perdida sentía yo
por ese amor ya sin vida.
Miles de sueños sin ángeles, regresaron
y en mis labios una gota de luz sellaron.
Esa noche miré al cielo
y mis ojos iluminaron la oscuridad un día vivida.
Esa noche, clavé mis ojos en el cielo
prendiendo fuego a cada estrella,
recordando noches a tu vera
como algún día lo fue aquella.

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