¿Por qué?

¿Por qué estas lágrimas?
Si sólo tú sacias mi alma.
¿Por qué este desprecio?
Si sólo mi corazón te ama.
¿Por qué esta maldición?
Si tú quisiste el perdón.
¿Por qué indiferencia?
Si eres la fragancia
que da olor a mi esencia.
¿Por qué libertad?
Si contigo soy presa
hasta de mi voluntad.
¿Por qué lejos estar?
Si a tu lado siento volar.

Como gotas de agua

Dos gotas de agua cayeron del cielo,
en tus ojos posaron su humedad
para hacerlos brillar con su luz,
en mí, amor quisieron despertar
y con un simple sonido,
a mi pudiste llegar.
El sonido de tan sólo dos gotas
era tan fuerte como el ruido de las olas del mar
cuando en una roca van a chocar.
Como el murmullo de un río
cuando su agua crece llegada del manantial.
Así es tu amor, ruge en mi corazón,
se apodera de él y de mi razón,
creciendo sin medida,
en esta vida mía..

Hoy ya no puedo más

Hoy ya no puedo más,

no puedo tu amor dejar atrás.

Hoy ya no puedo volver,

al más alto cielo,

al que siempre me ha hecho crecer,

pues ya no hay estrella con luz,

sino un grandioso ataúd.

Hoy a la Tierra quiero volver,

pues tu amor quiero tener.

No hay cielo eterno,

ni mil vidas que paguen tu amor,

por ello,

cambio el cielo por la Tierra,

y la libertad por el amor.

Cambio la paz por la guerra,

si conmigo estás en ella,

abandono a mi Dios,

para ir con vos,

aunque pierda la voz,

por gritarte, susurrarte

este grito que aquí dentro me late.

Hoy ya no puedo más,

aquí te espero mi cielo,

tú eres el verdadero,

el más maravilloso firmamento,

el que me hace sentir genio.

Hoy ya puedo decir,

que eres mi verdadero dueño.

Mis recuerdos

Aquí, esta noche sentada junto a mi ventana,
los últimos rayos de luz
atraviesan los cristales de mi morada.
Aprovechando los últimos minutos del día,
aquí sentada en mi mesa me encuentro,
recordando lo que por ti siento.
En este momento bailan mis dedos,
al son de esas mis ideas,
las que reflejan tu presencia
en cada uno de ellos.
Reclino mi cabeza sobre uno de mis brazos,
y recuerdo cada uno de tus abrazos
cada uno de tus besos
en mis labios llenos de deseos.
Hoy, aquí sentada, me siento acurrucada,
como en tus brazos posada.
Recuerdo tu esencia
y tu dulce mirada enamorada.

Tiempo congelado

Hoy ya parece que no pasó el tiempo,
siento que he sacado lo que en mí había dentro,
lo que por él algún día en un rincón escondí.
Hoy volvió a florecer amor en mí,
algo pasado, algo casi ya olvidado,
volvió para ser fraguado.
Una sonrisa se reflejó en su rostro
cuando le di el primer beso,
cuando le susurré el primer te amo
después de tanto tiempo andado.
El tiempo, no nos ha dañado ni tampoco crucificado,
pues ese amor nunca se ha olvidado,
sino que ha sido recuperado para volver a su lado.

Quisiera

Quisiera ser dueña de ese silencio
que tanto embellece tu alma,
de ese sonido que carece de algún ruido
y que al mostrarlo,
sientes un débil escalofrío.
La dueña de todos tus sentidos,
de todos aquellos recuerdos
que tú y yo vivimos.
Quisiera tener un pedazo de tu esencia,
una gota de esa fragancia única,
un suspiro de un aliento ante mí rendido.
Un lago de pensamientos,
infinitas gotas de agua
que se funden en un amor infinito
lleno de pasión y rabia.
Quisiera una sóla gota más de agua
para allí contemplar otro rayo solar,
para poder tu cuerpo iluminar
sin poder descansar.
Quisiera...siempre quisiera...

Aún cuando pierdas la razón

Aún cuando pierdes la razón,
el amor gira dentro de ti
como un volcán en erupción,
como una llama que se aviva
con un suspiro de aliento,
como una pizca de calor
que irradia en tu cuerpo.
Velando por las cenizas
que un día quedaron,
avivo este fuego al pie de una hoguera,
le canto al viento una canción en silencio
para avivar estas llamas
que ahora si consiento.
Y ahora, tú, mi querido consentido,
provocaste la explosión del volcán,
la llama viva,
y me devolviste mi esencia aquel día perdida.

Miles de noches sin estrellas

Miles de noches sin estrellas en cielo negro,
cada día, una luminaria era arrancada
por cada lágrima que yo derramaba.
El brillo del firmamento se apagaba
cada día como mis ojos lo hacían,
pues mi corazón ya apenas latía.
Oscuridad solemne, lágrimas secas,
alma perdida sentía yo
por ese amor ya sin vida.
Miles de sueños sin ángeles, regresaron
y en mis labios una gota de luz sellaron.
Esa noche miré al cielo
y mis ojos iluminaron la oscuridad un día vivida.
Esa noche, clavé mis ojos en el cielo
prendiendo fuego a cada estrella,
recordando noches a tu vera
como algún día lo fue aquella.

Mi ángel

Una noche un ángel se acercó a mí,
lo vi volar sobre mis pensamientos.
Yo le dije que te habías ido,
le rogué un pequeño suspiro
para que me diese de su aliento.
Mi voz se interrumpía entre quejido y quejido,
de unas lágrimas que no tenían sentido.
Daba vueltas, gritaba en silencio
y a ese ángel pedía un poco de vida.
Todo se oscureció y mi ángel desapareció
aquella misma noche,
tú y el ángel me dejaron
y mi alma se conviertió en frío,
en un temible escalofrío.
Noches enteras, en vela, soñando
pensando en cómo borrar el pasado.
Hoy ese ángel regresó tan lleno de vida,
tan lleno de inseguridad,
como un niño cuando nace,
como su tímido llanto cuando tiene hambre.
Esta vez, yo le dí de mi aliento
y supe que siempre lo tuve muy adentro.
Él se acercó a mi pecho para contarme un secreto:
tu amor ha vuelto,
mírale a los ojos y siéntelo muy adentro.

Dicho

"Dicen que no hay nada mejor que un beso en la frente, pues quien en ella te lo da, es quien te quiere de verdad"

Entre la vida y la muerte

Corren lágrimas bajo este silencio.

Nadan bajo mares desesperados
esperando una luz
que me lleve a ver lo que siento.

Yace mi cuerpo sobre este mi lecho.

La sangre desbocada,
insiste firme en llevarme,
el rojo de mi alma,
hasta ti sería capaz de arrastrarme.

Nace un destino paralelo.

Donde mi cuerpo muere
y mi alma es llevada
a un combate en duelo.

Te fuiste y me dejaste.

Y de esa luminaria formaste parte,
sin yo importarte,
arrastrándome contigo,
a este cruel castigo.

Mi alma ha sido arrancada.

De este cuerpo ya sin vida,
aquí sigo desesperada,
rogando una muerte ansiada,
llorando esta vida, ya sin alma alma.

La reina y su caballero

Cantan pájaros en mi oído,
su llegada anuncian
la presencia de un caballero
con alma de guerrero,
el espíritu de un ganador
llega a vengar al más tentador.
Noticias llegan a palacio
a prevenir a su reina
de aquella mujer que maldades siembra.
Sombras le ocultan a la reina,
que su amor está cerca,
que un caballero de ley
ha llegado a protegerla,
a cuidar sus tierras,
a mimar su llanto
por no terlo cerca.
Poderes alzaros en los cielos,
guardad la esencia de su bella reina,
guiadla hasta que en manos de su caballero caiga,
protegedla del miedo y del ser obsceno,
háganla caer en lo más profundo de su ser,
dejen a su reina en brazos de buen caballero caer.

Me encantas

Me encanta cuando ríes.

El murmullo del viento entre los árboles,
las hojas cayendo sin cesar,
que aclaman tu regresar.

Me encanta cuando lloras.

Las largas noches de espera,
los gritos desgarrantes
de esa mujer que te venera.

Me encanta cuando cantas.

Como un susurro en el cielo,
como la luz en una oscuridad
que nace del miedo.

Me encanta cuando vives.

En ese mundo de ideas,
engendrado desde tu esencia,
en esa calma que renace en ti
cada noche al partir.

Me encanta cuando tu corazón late junto al mío.

Cuando tus ojos están frente a los míos,
cuando tu piel,
enciende el calor por volverte a ver.

Me encanta cuando sonríes al alba.

Por tu boca llena de frescura,
que asemeja una flor rebosante de dulzura,
por tu encanto,
el que me hace olvidar el llanto.

Me encanta cuando me meces en tus brazos.

Y me acunas entre tu besos,
cuando tus mejillas se sonrojan,
por hundirme hasta en tus huesos.

Me encanta cuando respiras en mi oído.

Y escucho un leve suspiro,
que me lleva hacia las nubes.
Allí, mil veces te pido,
que amor eterno me jures.

Me encanta cuando se enternecen tus ojos.

Al mirarlos me derrito en lágrimas,
y una absoluta felicidad cayó sobre mí
desde un día gris,
que amor viniste a despertar en mí.

Me encanta cuando vuelas en mis sueños.

Morfeo cada noche te guía,
por el sendero de mi sueño,
por el camino hacia mi lecho.

Me encanta despertar a tu vera.

Y volver a dormir a tu lado,
sintiendo de ti, amor renovado,
un sentir totalmente desbocado.

Me encanta sentir tu temblor.

Tu escalofrío divino,
los restos de tu aroma
que sin piedad me guían a tu destino.

Me encanta cuando tu aroma florece para mí.

Y desde las estrellas miras hacia mí,
por una única razón,
olvidarte de lo que un día fue dolor,
y despertar lo que hoy puede ser amor.

Llagas en mi piel

Llagas en mi piel
veneran el sentido de tu cuerpo,
una brisa, cálida y fuerte,
así como marina,
ahonda en tus entrañas
queriendo ser parte de mi vida.

Llagas en mi piel,
me queman de deseo
al ver que eres puro fuego,
que lates en mi alma,
fuerte como estrella fugaz
que recorre el cielo
y se estrella en el suelo.

Llagas en mi piel,
cúralas ahora tal vez,
que has visto mi tez
y mi aroma de mujer.

Siento en tus ojos

Siento en tus ojos
una llama dulce
como un mar en calma.

Una frescura
que me llena el alma,
que me transporta
hacia otra vida,
para a ti sentirme unida.

Siento en tus manos la pasión,
el verdadero aroma de tu recuerdo
está en su tacto
cada vez que me rozan
creo volar y en tu mirada caer.

Siento mi cuerpo enloquecer,
cada momento que estoy en ti,
siento mi alma morir,
cada día lejos de ti.

Locuras de mi amiga

"Aquí, sentada al pie de mi amiga, obligada a rendirme ante sus deseos de retirarle la batería de su teléfono por despecho, me vuelvo a rendir a colaborar en su devolución, pues la carne es débil y el corazón sensible. Y antes de ganar un bofetón en el mentón, prefiero hacer dicha devolución y esperar a robársela en mejor tentación."

Aunque tú me veas morir

Aunque tú me veas morir.

Mi instinto es amar
y lágrimas por ti derramar.

Aún perdiendo la razón,
quiero recuperar la ilusión.

De este dolor amargo,
que me atrapa como día de Mayo.

De este sentimiento tuyo,
que rompe todo lo que hago.

Rozas en un intento,
amarguras y locuras.

Quizás conmigo pierdas la cordura
y te atrape en mi propia penuria.

Pero mi mente te siente,
la soledad me aprieta fuerte.

Y tú, eres quien miente.

Entre lágrimas

Vi un rostro angelical.

Entre sus ríos de agua,
nacía un amor en calma.

Entre sollozos de silencio,
yo te rezaba en mi templo
y entre flores de algodón,
invadías mi frágil corazón.

En el tiento de tus manos,
florecía un jardín de pensamientos.

En el roce de tu recuerdo,
anhelo tus besos lentos
y el simple juego,
de tu alma de fuego.

Allí donde mora tu esencia,
te impoloro que guardes mi presencia.

Que encierres mi fragancia,
que olvides la venganza.

Que vengas a mí.

Ángel que me aguarda

Siento fría oscuridad
ante esta tempestad.

Siento frío en el alma
y un bostezo que lo calma.

Ángel que me aguarda
como esencia cercana.

Ruido que se queja
ante una diosa perfecta.

Siento temor en mi cama
una pasión que no calmas.

Escalofrío sembrado en la noche
incitado con tu sólo roce.

Demonio enjaulado
amor nuevo encontrado.

Lujuria extrema
cantos en tu oído.

Quiero sentir
hasta tu último suspiro.

Puedo darte...

Puedo darte mi calor
si tú me lo pides.

Puedo darte mi vida,
si en ella vives.

Puedo darte el mundo
si es tu deseo,
las estrellas,
si algo de mí ves en ellas,
la luna, si me amas como a ninguna.

Y asi el firmamento entero
hasta hacerte un gran juramento
amor eterno firmado en el cielo.

Éstás dentro de mí

Estás dentro de mi espejo
eres agua de luz ,
que siempre está en mi reflejo.

Estás dentro de esta mente inquieta
eres mi loco pensamiento
lo único que me deja sin tiento.

Estás dentro de mis venas
que emanan sangre
llenas de pura esencia.

Estás donde muevo mis pasos
donde tengo el más puro secreto
donde mis ojos no pueden ver
donde mi alma, no se puede mover.

No sé si sueño

No sé de qué vivo,
ni sé por qué lo hago.

No sé a quién pertenezco
ni por quién me desvanezco.

No sé si amor
o simplemente te reclamo
como un halago.

No sé por qué estoy aquí,
frente a ti, dudando si eres real,
o si estás en mi portal,
la entrada a mi corazón,
que cada día llenas con tu pasión.

No sé si estaré soñando,
si vale la pena seguir triunfando,
pues esta fama me aprieta,
me desangra, me entristece el alma.

No sé quién soy ,
no sé si es un sueño,
pero tú eres mi premio,
mi magia oculta, que da la luz,
mi esencia eterna
que tu corazón alberga.

Has llegado

Has llegado como una brisa marina,
suave y frágil
y en mi corazón te has quedado.

Has sido dueño del engaño,
tan sólo por no hacerme daño,
por ser cómplice de haberme enamorado.

Has sido mi mejor engaño,
pues si no fuese por ti,
nunca me habría dado cuenta,
de que el amor, volvería a existir.

Eres cómplice del viento,
él tus besos me trae,
a él le encargas que me enamore,
que sea tu dulce y fiel niña
que un día suplicó por verte ante ella,
por ver, que eres su única estrella.

Eres el brillo del lucero,
el hombre...que yo más quiero.

Busco una única esencia

Busco una única esencia,
que me llene de amor
tan sólo con su presencia.

Una caricia venida del viento,
de la lejanía de su cuerpo.

Un escalofrío que siento
al mirar por la ventana
y mirar a un horizonte
donde su alma me espera,
sin que su amor muera.

Esa razón por la que los genios se inspiran,
así él me mira,
con ansias de tener mi frescura,
con deseo de revolver mi locura
y hacerme suya.

Brisa cálida

Buscas una brisa cálida
que acaricie tu mejilla al llegar el alba.

Un beso que brille en el fondo de tu ser,
tanto como las estrellas lo hacen en su manto.

Con ella pretendes renunciar al llanto
y hacer crecer la brisa marina
que trae esa mujer que tanto te encandila.

Buscas su rubor y en el cielo su esplendor,
pues llega a brillar más que el sol
y tú buscas su amor.

Dulce beso

Un dulce y sabroso beso,
dado en los más tiernos labios.

Para saciar a esa mujer
que haces respirar.

Para sentir, su claridad
y su aroma de azahar.

La Aurora

Grandes ojos la aurora vio nacer,
bajo el manto estrellado de la noche,
tu mirada llevó a florecer.

Fuerte brillo iluminó tu ser,
dejando tus encantos ver,
más allá de la luna y del gran poder.

Manto de estrellas que la cuidas,
que reflejas tu paz y tu gran amor,
por ver cada noche, su inmenso calor.

Mira a las estrellas,
todas ellas, están ciegas,
por no verte, por no envidiarte,
desean tu corazón
y de ti apoderarse.
Desean tu belleza
y tu hermosa presencia.