Canto a la lluvia
implorando lágrimas dulces.
Llamo al cielo,
para volar entre gotas
y que entre sus nubes cruces,
haciendo de su manto
nacientes luces.
Crecen las hojas húmedas
sobre nuestra tierra seca,
haz que su flor nazca
bajo tu mirada perdida
entre gotas de lluvia
y viento de furia.
Llueve fuerte aquí en mi mente,
enmudecen los árboles,
crecen los robles
como brisa marina
que carece de envidia.
Como estrellas fugaces
que se pierden en la oscuridad de la noche
y se encuentran en el cielo negro sin derroche.
Canto a la lluvia
con mirada perdida,
con lágrimas difuminadas en el horizonte,
con ojos de alma sentida
y piel dorada derretida.
Llueve intenso,
sin saber lo que siento,
sin hablar ni llorar.
Sin reír ni amar,
llueve lento, pero intenso,
en este pueblo sobre este verso,
vuelve a llover intenso.
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