Un día te conocí,
me enamoré de tí,
cuantas noches te quise,
cuantos momentos te amé,
y cuanto dolor viví.
Una noche, dejé de amarte,
porque el dolor era tan fuerte,
que me apagaba la vida,
el amor que sentía
lo apagaste día a día,
tanto te quería,
que no sabía si tenía vida.
La noche de mi partida,
dejaron de brotar lágrimas de mis ojos,
la tristeza se apoderó de mí,
no hubo rencor,
no hubo dolor,
era un sentimiento interior,
puro, amargo, infernal.
Algún día,
conseguiré olvidarte,
rechazar ese amor que dejaste dentro de mí,
y volver a empezar,
volver a amar, volver a sentir
algún día, volveré a llorar,
por la alegría de volver a amar.
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