Tómame de la mano,
no te alejes, permite que siga a tu lado,
llévame junto a ti,
aunque nuestro camino sea como un río desbocado
que a raudales lleva un amor en pecado.
Muéstrate delante de mí,
enciende tu furia defendiendo este calor
que no entiende de otra cosa si no es fulgor.
Siéntate conmigo, acaricia mi rostro,
déjate llevar por el sentir más glorioso.
Siénteme, tiéntame,
méceme en la cuna de tus brazos,
hasta caer rendida ante este amor tentador
luchador y libre de toda esencia sin honor.
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