Desde lo alto de la montaña,
crece un manantial con sabor a sal.
Desde el infinito del cielo,
pasan largas horas en las que me desvelo...
Desde una piedra mojada,
en la orilla del rio,
corren lágrimas con sabor a lluvia en todo su poderío...
Desde ese largo paseo por la orilla,
veo cisnes nadar en un triste vagar
y desde estos ojos tristes,
veo tu pena en mi triste mirar.
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